Bienvenidos a mi blog:

Este blog personal es solo eso: personal. No pretendo nada más que escribir sobre libros, autores y mis pensamientos literarios y poéticos y también sobre mis canciones favoritas. También en las páginas de Mi Arte y Recuerdos explico, con fotos, algo más de mí. En la página de Visitas España al blog pongo las banderas de las provincias españolas que me han visitado y una breve historia sobre la capital de cada provincia. De igual forma hago en la página Visitas países al blog, con la bandera del país y una breve historia sobre el mismo. Yo disfruto al máximo al escribir este blog y espero y deseo que los que entren y lo lean hagan lo mismo.

lunes, 3 de agosto de 2015

Relatos cortos (III)

La luna azul de noviembre





"No sé si en el pasado se amaba, ni siquiera sé si ha habido pasado. No puedo imaginarlo y menos entenderlo. ¿Si el amor antes no existía y ha evolucionado cómo será este en el futuro? ¿Cualidad humana o falsa vanidad? No creo, en absoluto, que al amor sea química solamente y que dure pocos años; es cuestión de que uno encuentre a ese amor verdadero del que tanto nos  habla la literatura y ese amor durará eternamente, a pesar de que dejen de existir, aunque si es así la vanidad está justificada. Ese amor "viajará" por el universo siempre. Es así como nacen la estrellas. Muchas veces he deseado una existencia sin amor pero entonces ni las estrellas ni tú me hubieseis hablado; dicen que algunas persona así sienten, pero no creo que sea cierto. Hasta el más despiadado..."

-Un momento, no sigas.

-He venido a hablar contigo.

-Yo te he traído conmigo para que estés a mi lado, para que no justifiques tu odio.

-No, no es verdad.Yo no odio.

-Sí. Odias la vida por el mero hecho de vivirla. La odias porque tiene fin y no lo comprendes. La odias porque te gustaría amar eternamente tal y como eres y no entiendes que una vez que se ama ya siempre existe. 

-Yo no odio, no digas eso vieja luna.

-Odias lo que no sea amor y ni sabes si existe, porque te lo cuestionas y a mi me preguntas. Deseas más enamorarte que se enamoren de ti. Fluye y sé corriente, no te detengas en ningún lago porque eso solo retrasará el momento. Vuelve por tu sendero y escucha a los cedros y las hayas como te hablan. Saluda al día, engaña a la noche y ven a abrazarme.


Siempre que me  hablaba del amor no le entendía. Me decía que pasaba eso por no saber amar porque el amor se aprendía al igual que el cariño, que el ser humano nace libre de la carga de los sentimientos aunque hubiera entendidos que afirmaran que al amor es lo que nos había hecho evolucionar y ser lo que somos. Incluso me dijo que hablaba contigo y siempre me recitaba el mismo poema, incluso me lo regaló en un papel escrito:


Abrazando a la luna azul ella me susurraba:
si le sonríes y mi luz pones en sus labios...
si después los tuyos los sellas en su alma...
si su lento respirar a tu respirar calma...
cuéntale que una noche el lucero lloraba.

Dile que las estrellas no brillan en el firmamento
que son sus pupilas las que te guían en la noche.
Dile que su amanecer es tu rocío
que sus manos cálidas alivian tu frío
dile que su vida para ti solo es un momento.

Recítale los más bellos versos de amor
esos que que se escriben solos en el aire,
esos en los que los sueños cantan y olvidan
y que sean ellos los que muriendo te pidan
que bailes la danza de fuego a su alrededor.

Háblale del mar, de sus olas, de su brillo
de cómo al anochecer su olor te serena.
Pídele que su corazón lleve sus latidos a tus venas
y que tu mirada al igual que la de un chiquillo
solo quiere a la alegría e ignora a la pena.


Después siempre me decía que al amor no entiende de belleza y yo le respondía que yo jamás me enamoraría de una vaca y él me contestaba que no lo jurara. Y ahora que han pasado unos años, demasiados, le echo de menos; bueno desde el primer día, tengo que reconocerlo, aunque el silencio fuera mi compañero. Hecho de menos su forma de hablar de la vida, de lo que pensaba del amor porque me doy cuenta de qué amaba de verdad, sin obstáculos. Me dijo una noche que una luna azul, tú, le reprendió porque odiaba y él, aunque no le contestó, pensaba que el amor y el odio era lo mismo solo que vivido en un antes y un después. Nunca lo entendí y sigo sin entenderlo.

¡Qué sensación de vacío! La vida, estaba claro, que no trataba a todos por igual, pero al tratarse de un niño era más desalentador. La  niñez es la etapa en la que más se ama de una forma natural, incluso más que en la adolescencia o juventud, según él mismo me decía ya que el amor era visto sin la visión de los años. No estaba del todo de acuerdo o sí, no lo sé, pero su forma de explicarlo denotaba seguridad, de convencimiento, de una cierta sabiduría, lo que me producía una sensación extraña entre asombro y respeto.

Ahora que no está, que no puedo mirar como sus ojos brillaban al hablarme de tí, me doy cuenta que existe el amor tal y como él me lo contaba, tal y como él lo sentía, porque aquí me hallo pensando a tu lado, expresándote lo que siento aunque no obtenga respuesta de tí. Supongo que aunque comprenda lo que es el amor no lo siento como él, ya que no me respondes. Él me decía que cuando oyera tu voz, cuando tú me hablaras sabría qué es el amor aunque no amara. ¡Qué chiquillo! Sólo doce años y la vida lo ha querido para sí; se lo ha llevado consigo. Él no creía en la muerte, nunca hablaba de ella. Decía que era la vida que acunaba a la vida. ¡Cosas de críos! Hablan y no se les entiende.

Me recitaba poemas, me hablaba constantemente de tí, de las estrellas, del mar, del viento, del río que alimenta a la tierra, A su corta edad y ya sentía así y se expresa de esta forma. Yo no le hacía al principio mucho caso, lo veía como un locuelo soñador. Y ahora que mi vida llega a su fín, en la que he vivido amores, desalientos y sueños no he encontrado a nadie que amara como él lo hizo, por eso tú si le respondías y por eso lo acogiste en tu regazo. Yo tenía solo dos años más que él y éramos los mejores amigos y la noche anterior me dijo que se iría contigo porque no querías que odiara. No entendí nada, pero si es cierto que está contigo ahora sé que lo recibiste porque querías que su amor fuera eterno y de haber seguido amándome nadie lo hubiese entendido, nadie. Gracias luna, gracias por tenerlo, por no dejar que su bondad y su pureza se olviden. Él te eligió a ti.